En todas las ocupaciones laborales, hay factores que ejercen influencia, ya sea positiva o negativa, en las condiciones de trabajo. Estos factores pueden ser de naturaleza material, como la exposición a contaminantes, el uso de maquinaria peligrosa y la calidad de la iluminación, entre otros. También pueden tener un carácter ambiental o estar relacionados con la estructura organizativa del trabajo en sí. Estos últimos factores son particularmente significativos para el bienestar personal de cada individuo y contribuyen a que el trabajo sea compatible tanto con las responsabilidades familiares como con la vida social.

La disposición de horarios laborales, la cadencia de trabajo, la automatización de procesos productivos, la interacción y relaciones interpersonales, el estilo de dirección, la naturaleza de las tareas, las oportunidades de avance profesional, la identificación con las labores, la capacidad de iniciativa y la seguridad en el empleo son aspectos que están vinculados con la organización de las actividades laborales. En el próximo apartado, se ofrece un ejemplo práctico que describe y evalúa los factores más representativos.

Medidas de Prevención

La presencia de instalaciones sociales en una empresa, como áreas de descanso, comedores y espacios de esparcimiento y entretenimiento, representa una valiosa contribución al entorno social que, a su vez, favorece las relaciones humanas y, por ende, impacta positivamente en la eficiencia del sistema de producción. También es conveniente que las empresas ofrezcan medios de transporte colectivo al lugar de trabajo en situaciones donde estos no estén disponibles o no proporcionen un servicio adecuado.

Al establecer horarios de trabajo, es crucial incorporar intervalos regulares y adecuados de descanso. Pausas distribuidas adecuadamente en el tiempo y en entornos tranquilos permiten a los trabajadores descansar, alimentarse, interactuar entre sí, variar su postura, entre otros beneficios. Estos períodos de descanso contribuyen a reducir la fatiga y el estrés, además de crear un ambiente laboral propicio que incide positivamente en la empresa.

En situaciones donde se requieren turnos de trabajo, es esencial proporcionar con suficiente antelación la información sobre cambios en los horarios, lo que permitirá a los trabajadores adaptarse de manera adecuada. Esto se traduce tanto en la gestión del sueño y el descanso como en la capacidad de organizar la vida social. Los turnos laborales pueden dar lugar a problemas como insomnio, fatiga, trastornos digestivos y cardiovasculares, así como dificultades psicológicas y sociales en las relaciones familiares y profesionales, como el aislamiento gradual, la irritabilidad, conflictos matrimoniales, trastornos emocionales, entre otros.

Para evitar la monotonía en el trabajo y promover la autonomía de los empleados, es importante brindarles los recursos necesarios para abordar errores e incidentes, controlarlos y tomar decisiones en caso de fallas en los equipos o defectos de producción, sin depender en exceso de supervisión externa.

Se debe permitir a los trabajadores modificar el orden de las tareas y cambiar entre diferentes labores o puestos de trabajo. Estos cambios contribuyen a reducir la rutina asociada con las tareas repetitivas.

Los empleados deben tener la capacidad de establecer su propio ritmo de trabajo, disminuyendo en la medida de lo posible la dependencia excesiva de las máquinas o de otras personas.

Los empresarios deben fomentar la participación y la comunicación personal entre los trabajadores. Estas prácticas son beneficiosas para la organización, ya que permiten un mejor aprovechamiento de la información y, además, aumentan la motivación del personal.

Es deseable que el estilo de dirección sea lo más democrático posible, permitiendo que todos los empleados participen en las decisiones que afectan a sus tareas.

Resulta fundamental que los empleados estén al tanto de su situación laboral en relación con la seguridad en el empleo, ya que este conocimiento puede repercutir en su satisfacción laboral y productividad.

Se debe implicar a diversos actores, como trabajadores, constructores, diseñadores y médicos del trabajo, en la incorporación de la ergonomía en los lugares de trabajo. De esta manera, se puede lograr un ambiente lo más confortable posible.

Es necesario proporcionar programas de formación para los cajeros, no solo al momento de su contratación, sino de forma periódica. Estos programas pueden abarcar temas como la introducción a la ergonomía, con el objetivo de mejorar la calidad y productividad del trabajo.